Al Castelo de Portomeiro le llegó su hora. Es territorio de Val do Dubra situado en lo alto de un monte escarpado y lleno de eucaliptos y de enormes bloques de granito. Incluso hubo una cantera en la parte baja, hoy abandonada, que los vecinos aseguran que se llevó por delante algún tipo de construcción quizás prehistórica. Y le llegó su hora porque un equipo de arqueólogos, dirigidos desde la Universidade de Santiago, cierra este sábado la primera campaña de excavación. Al frente, Mario Fernández-Pereiro y José Carlos Sánchez-Pardo. Con ellos, personal de la empresa Tempos Arqueólogos.
Tan solo cinco días de excavación que, al parecer, han sido muy fructíferos. Mario Fernández enseña la estrecha puerta milenaria y señala donde estaban los torreones que la protegían. Se sabía que el yacimiento —del que no existen demasiadas referencias— no era castreño, y se confirmó que se data en la Alta Edad Media. El arqueólogo no se atreve a hablar de fechas y se muestra cauto, «porque no Faro de Budiño, no Porriño, había un moi semellante, estaban documentados dous séculos, e é posible que este date dun deles, temos que comprobalo». En principio, se aventura a hablar de los siglos VIII o IX, a tenor de los descubrimientos de cerámica y vidrio. A resolver la incógnita va a ayudar un hallazgo raro teniendo en cuenta la distancia a que está Val do Dubra del mar: una concha de ostra. «De aquí non é, alguén a trouxo», dice con cierta retranca el director de los trabajos.
La puerta es el elemento que más impresiona por su sencillez y solidez. Pero no es el único. Algo más arriba, un grupo se afana en excavar una cuadrícula delimitada por dos muros y un bloque granítico. Un espacio habitacional del cual ya se sacó una buena cantidad de tejas; obviamente, el tejado, que se vino abajo. Otro grupo más trabaja en una altura un poco mayor.
El Castelo de Portomeiro cierra a lo grande: con una visita abierta a todo el mundo pero con inscripción previa (616 854 273), para evitar aglomeraciones en un espacio histórico y delicado como es el Castelo y por las medidas sanitarias en vigor. En cualquier caso, la excavación abre posibilidades al estudio de la transición de la época de los castros a la medieval, y Portomeiro se convierte en un caso único en las inmediaciones norteñas de Santiago. El anterior alcalde de Val do Dubra había manifestado su intención de adquirir los terrenos para que la campaña de este año tenga continuidad.
Noticia de la Voz de Galicia