Título: La Alfarería de Galicia
Autor: Luciano García Alén
Año: 2008
Editorial: Fundación Pedro Barrié de la Maza
En estas páginas pretendemos ofrecer el resultado de varios años
dedicados al conocimiento y a la interpretación de las vasijas de los
alfareros-campesinos de Galicia , consecuencia de una labor predominantemente
de campo, de diálogo y convivencia con los artesanos y
con las gentes de nuestro país. En ocasiones nos identificamos con el
modo de pensar del pueblo, copiando giros lingüísticos y anotando
costumbres sociales relacionadas con la alfarería. Durante ese intervalo
hemos realizado también una investigación retrospectiva para hacer
posible la aproximación al conocimiento del desarrollo de esa actividad
artesana, en una sociedad secularmente ruralizada, y de cuales
fueron las razones de su persistencia hasta hace apenas unos años.
Una etapa, esa última, durante la que está siendo profundamente
desintegrada o cambiada a causa de las nuevas maneras de producir y
de comerciar.
Es fácilmente comprensible a través de este estudio como los factores
sociales y económicos tienen una clara influencia sobre el desarrollo
de las actividades rurales, y el análisis de ese acontecer constituye
un claro testimonio de como bajo la influencia de aquellos factores,
persistentes durante siglos, evoluciona la cultura de un pueblo. Acaso,
la «eterna Galicia de señores y campesinos» constituya parte de la raíz
del problema. Ya por épocas más recientes, la difusión de los materiales
que trae la sociedad industrial en desarrollo sorprende al mundo
campesino, huérfano de todo apoyo y bajo unas formas de vida muy
arcaicas.
Anotamos la diversidad de la tipología en las distintas comarcas, en
donde estas industrias vienen a representar un complemento de la
agricultura, limitándose su desarrollo a determinados lugares conocidos
como «aldeas de alfareros», que si bien ha sido evidente su mayor
expansión durante los siglos XVIII y XIX, en íntima relación con el
desarrollo de un comercio campesino y de la baja burguesía, nos resulta
más costoso diferenciar cual ha sido la herencia de la cultura medieval
que persistió en esa sociedad que a ella continúa, y sobre la que
incide nuestro estudio.
Desde otro aspecto, la consideración de los matices técnicos y la
belleza en las vasijas de los «oleiros» nos muestran gratamente la
capacidad de desarrollo material y de expresión estética de unas gentes
ligadas al cultivo de la tierra. Admirando a su través la innata sensibilidad
de estos artesanos que, sumergidos en un entorno natural , tratan
de encontrar un equilibrio entre el necesario sentido utilitario y la
estimación de belleza en el cacharro que moldean .
En la actualidad, las últimas obras que salen del obrador de estos
alfareros nos demuestran como_ su producción, dentro ya de una evidente
crisis, va perdiendo el interés utilitario ante el empuje de la
fabricación industrial , que alcanzando hasta los más apartados rincones
del país gallego , ha suplantado a aquella producción rural autóctona.
Mientras que en épocas pasadas la lejanía del hábitat campesino
ocasionaba la frecuente existencia de artesanos lugareños. Hoy en
ellos se advierte un hacer vacilante, contagiados de los confusos criterios
que les aporta la masa popular. No obstante en esas gentes que a
diario se acercan al taller de un alfarero todavía se manifiesta el deseo
subconsciente de que no se interrumpa el quehacer artesano, quizá
porque la arcilla al desnudo ofrece una calidad sensorial que no
alcanzan a satisfacer por igual otros materiales.